sábado, 1 de agosto de 2015

Opinión: ¿La negativa al aumento del sueldo mínimo vital refleja la tradicional visión cortoplacista en el manejo de la economía nacional?

Frente a lo señalado el día jueves por el Ministro de Economía y Finanzas, Alonso Segura, respecto a que la posibilidad del aumento del sueldo mínimo vital se sujete a la obtención de un acuerdo al interior del Consejo Nacional del Trabajo (instancia de diálogo integrada por los representantes de los sectores laborales, empresariales y gubernamentales), las declaraciones formuladas ayer por el Presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, parecen enmendar la plana una vez más. En esta ocasión, el titular de la Presidencia del Consejo de Ministros ha sido muy enfático en señalar que el gobierno aún no ha decidido elevar el salario mínimo “pues se requiere atraer más inversión privada y reactivar la economía para elevar los ingresos”.
 
Para justificar esta posición de línea dura, que deja además sin piso las futuras discusiones y acuerdos a los que pueda llegar el Consejo Nacional del Trabajo, Cateriano adoptó un argumento políticamente redentor: se busca dejar las finanzas ordenadas, pese a que “sería fácil elevar el sueldo mínimo y que lo pague el siguiente gobierno”.
 
Aunque esta posición pareciera guardar coherencia con un espíritu de mesura en el manejo de la economía, refleja de fondo serias inconsistencias que deberían ser analizadas con mayor cuidado.
 
En primer lugar, queda claro que un asunto importante en la vida económica nacional, como es el caso del establecimiento del sueldo mínimo vital y su repercusión para millones de personas, es un asunto que se asume con una visión cortoplacista, carente de una consistente política de estado que asegure el establecimiento de fórmulas concretas que sean respetadas por cualquier gobierno que asuma funciones en las siguientes gestiones.
 
En segundo lugar, y sumado a lo anterior, este asunto refleja visiones con escasa perspectiva en el tiempo. ¿Realmente la posición asumida por el Presidente del Consejo de Ministros es lo más conveniente para el país en perspectiva de mediano y largo plazo, o es sólo conveniente para cerrar decorosamente la actual gestión gubernamental? El nivel del diálogo y los entredichos al interior del propio gabinete ministerial dejan la clara percepción que el Perú sigue arrastrando en este tema el mal de siempre: todo se resuelve en horizontes que no miran más allá de 5 años.
 
En tercer lugar, surge la pregunta inevitable: ¿se puede pretender que un país supere sus niveles de subdesarrollo y atraso económico apelando a visiones cortoplacistas y coyunturales como en este caso, las cuales reflejan la carencia de una visión de estado con los necesarios criterios de continuidad y estabilidad en el tiempo? Definitivamente, declaraciones ministeriales como las de esta semana dejan la amarga sensación que no se desean abordar los temas centrales de nuestra economía con una nueva visión de concertación que garantice rumbos económicos estables para las siguientes décadas.
 
La definición de un tema tan delicado como el establecimiento del sueldo mínimo para los trabajadores, por ejemplo, podría haber sido el motivo perfecto para que esta administración gubernamental pueda iniciar gradualmente, al menos en este tema, los cambios estructurales que el saludable manejo de nuestra economía requiere. Lamentablemente, las propias palabras del Ministro Cateriano terminan corroborando que su horizonte político no mira más allá que la transición honrosa hacia el próximo gobierno. Con ello, sin embargo, lo único que se le estará dejando de herencia en este asunto a las próximas administraciones gubernamentales será el atraso y la empequeñecida visión coyuntural de siempre.
 
Fuente: Rumbo Empresarial GRUPO NELVA DESIGN
 
El Presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, durante sus anuncios de esta semana relacionados con la negativa al aumento del sueldo mínimo vital para los siguientes meses. Foto: Diario Gestión de Lima
 

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