Lima tiene el privilegio, por su excepcional ubicación geográfica, de contar con vistas espectaculares al Océano Pacífico. Eso le permite disfrutar de una serie de ventajas, no sólo paisajistas, sino también de recreación y esparcimiento para sus propios habitantes así como para la gran cantidad de turistas que diariamente recorren sus diversos distritos y atractivos cargados de miles de años de historia.
Sin embargo, resulta curioso constatar que durante muchas décadas pareció existir una extraña y absurda visión de no querer reconocer esa privilegiada vista marina de Lima. Basta observar los folletos turísticos y demás materiales con los que se promocionaba a Lima hasta la década de 1980: sólo de manera muy tangencial se hacía referencia al Océano Pacífico al mencionarse algunos distritos, tales como Miraflores o Barranco.
Afortunadamente, parece que en los últimos tiempos las cosas empiezan a cambiar con mejores vientos. Indudablemente, la Costa Verde constituye en la actualidad la zona estratégica de esta condición marítima de Lima a través de sus 18 kilómetros de playas, malecones y generosas vistas que se extienden a lo largo de 6 distritos capitalinos. A pesar que todos coinciden que es un lugar importante, resulta paradójico observar que hasta la fecha las autoridades y el sector privado no se han puesto de acuerdo para convertir a este lugar en lo que naturalmente debería ser: el espacio más emblemático de la moderna ciudad de Lima, próxima sede de los Juegos Panamericanos en el año 2019.
Al respecto, en un interesante reportaje publicado ayer en el diario El Comercio, el arquitecto Jorge Ruiz de Somocurcio demuestra que trabajar en esa dirección no es un proyecto caro realmente: alrededor de S/. 3,000 millones de soles, o sea, sólo la sexta parte de lo que el gobierno central va a invertir en la próxima construcción de la línea del metro que unirá Lima con el Callao.
Entonces, más que los costos de inversión, lo que faltaría realmente es decisión y objetivos claros para privilegiar adecuadamente las inversiones que posicionen a Lima en su real dimensión histórica y geográfica: la emblemática capital costera del Pacífico suramericano. Queda claro que avanzando en esa dirección los resultados serán altamente gratificantes, no sólo para los habitantes de Lima, sino también para todos aquellos que visiten esta ciudad capital, poseedora de una de las historias urbanas más antiguas del planeta.
Fuente. Diario El Comercio de Lima / Servicios de Difusión y Prensa GRUPO NELVA DESIGN
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