Antes de 1450, los libros eran difundidos a través de copias manuscritas realizadas por monjes y frailes dedicados exclusivamente al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de los nobles.
Es curioso anotar que no todos los monjes copistas sabían leer y escribir. Por tanto, actuaban más bien como imitadores de signos y, en muchas ocasiones, no entendían su significado. Las ilustraciones y las mayúsculas eran producto decorativo y artístico del propio copista, que decoraba cada ejemplar que realizaba según su propio gusto o sentido estético.
Por eso, muchos de estos trabajos tardaban, en algunos casos, hasta 10 años en ser concluidos. El ingenioso invento de Johannes Gutenberg y los tipos móviles de metal en 1450 cambió para siempre esta antigua tradición de los monjes copistas.
Fuente: Servicios de Difusión y Prensa GRUPO NELVA DESIGN.
La Biblia, impresa por primera vez con el ingenioso invento de Johannes Gutenberg, dejó atrás la tradición de los monjes copistas que tardaban casi 10 años en producir un libro. Fuente de la imagen: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gutenberg_bible_Old_Testament_Epistle_of_St_Jerome.jpg |
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